Conoce a tu pareja: Personalidad gregaria
- Anna
- 28 oct 2016
- 2 Min. de lectura
Aquí te dejamos unas pistas para que puedas reconocerla:

En el gregario, aún dependiendo de los demás, la iniciativa no la cede, sino que manipulan activamente a los que le rodean a través de maniobras interpersonales con las que pretende asegurarse el aprecio que necesita.
Su preocupación por las recompensas y la aprobación externa también los convierte en huérfanos de una identidad propia, independiente de los demás. Se consideran a sí mismos sólo en términos de sus relaciones sociales y de las reacciones que provocan en los demás.
La sociedad actual tiende a alentar y a admirar las características de los individuos que siempre están deseando gustar a los demás; el ser popular, extrovertido y atractivo. Esto, que al parecer es el ideal de todo individuo, suele convertirse en patológico cuando se convierte en una estrategia para manipular a los que le rodean.
El gregario necesita ‘coquetear’ para atraer la atención de los demás. Y no solo es coquetear en el sentido que se aplica a la relación con el sexo contrario; es más bien el típico 'piropeador' de las acciones que ejecuten otros, o de las cualidades que le interesa resaltar en su interlocutor para poder manipularle a su antojo. Vende su imagen continuamente. Su expresión emocional es poco controlada y dramática.
Tienen una autoimagen de ser sociable. Impresionan al principio por la facilidad con que expresan sus pensamientos y sus sentimientos; por su inclinación a lo dramático y por su -en apariencia- natural capacidad para llamar la atención de los demás. Estas características exhibicionistas se manifiestan, no obstante, en una serie de ofertas cambiantes, efímeras y superficiales.
Bastante caprichoso, es fácilmente excitable, no soporta frustraciones, retrasos ni decepciones. Las palabras y sentimientos que expresa muchas veces parecen superficiales, fraudulentos y simulados.
Si de niño supo utilizar la agudeza, la simpatía, el atractivo y la seducción como estrategia para asegurarse la atención de los padres, este comportamiento perdurará en la edad adulta en sus relaciones interpersonales.
Es característico que sea incapaz de potenciar o conservar la buena impresión que se tiene de él al principio de conocerlos y termina por ser apartado, cuando no rechazado abiertamente. Su vida social se caracteriza por ‘muchos conocidos y pocos amigos’.
Si tu pareja tiene estos rasgos, te sentirás sumergida en un torbellino de cambios, muchas veces difíciles de asimilar, porque la vida con un gregario es asumir que lo que hoy es blanco, mañana es de otro color. Además, su facilidad para manipular también la practicará contigo. Dependiendo del grado de tu autoestima tendrás que protegerte de su avasallante dominio mediante un férreo control, antes de aumentar su ego. Es decir, tienes que evitar que te absorba y anule tu personalidad en aras de su felicidad. Si te ve fuerte, te respetará. Sólo así podrás mantener una relación estable. Ahora bien, por otra parte, en tu vida no existirá la rutina, porque le encantan los viajes, las aventuras, la innovación o los nuevos retos empresariales, porque tiene una gran creatividad. De ti depende seguirle o no.
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